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Bloqueo de 20 días y sanción al Open Arms tras desembarcar a 195 personas rescatadas en puerto italiano.

Pocos días más tarde, en la última Misión 105, el Open Arms ha realizado 3 operaciones de rescate en aguas internacionales, salvando a un total de 196 personas, entre ellas 15 mujeres y 19 menores no acompañados. Después de haber rescatado a las primeras 26 personas en una embarcación muy precaria, se nos asignó Carrara como puerto de desembarco, a más de 600 millas de distancia y 4 días de navegación. En nuestro rumbo hacia allá, recibimos un aviso por parte de Alarm Phone sobre 2 embarcaciones en peligro al sur de nuestra posición, que la organización no gubernamental Sea-Watch confirmó a través de su equipo aéreo Seabird2.

 

Dada la falta de respuesta de los centros de coordinación marítimos que habían sido alertados a la vez que el Open Arms, fuimos a prestar asistencia en base a lo exigido por los convenios internacionales y el derecho marítimo internacional. Cuando nos aproximamos a uno de los casos, el MRCC Italiano insistió que abandonásemos la búsqueda y que procediéramos al puerto preasignado, ya que las autoridades competentes estaban encargándoselas del caso. Sin embargo, al preguntar por detalles, como el horario de llegada de la asistencia, no dieron respuesta alguna. 

 

Así pues, nuestro remolcador llegó a la posición, realizó el rescate de 132 personas que duró más de 2 horas, tiempo durante el cual ninguna autoridad se presentó, confirmando que una vez más, eran vidas abandonadas a la deriva. Posteriormente procedimos a rescatar el segundo caso, con un total de 196 personas rescatadas a bordo. Tras una breve parada en Lampedusa para realizar una evacuación médica de un joven, nuestro barco llegó al puerto de Carrara el martes por la mañana.

 

Tras haber escuchado los testimonios del Capitán, el Coordinador SAR y el Primer Oficial a bordo, durante más de 6 horas, las autoridades italianas han impuesto un embargo administrativo de 20 días del buque Open Arms y una multa de hasta 10.000 Euros.

La magnitud de lo sucedido resulta sorprendente. El hecho de sancionar a una embarcación humanitaria por realizar su cometido de salvar vidas en el mar no solo va en contra de las Convenciones internacionales y el Derecho del Mar, sino que también confirma la falta de reglas en el ámbito marítimo y un profundo desprecio hacia la vida humana.

 

El rescate de mujeres, niños y hombres en peligro no es una opción; es un deber moral y legal al que debe atender cualquiera que tome conocimiento de una situación de peligro. 

 

Detener durante 20 días al Open Arms, en un momento en que la crisis humanitaria en el mar se encuentra en su punto más álgido es una decisión sumamente arriesgada, cargada de inmensas responsabilidades.

En este 2023 en el Mediterráneo han muerto más de 2.264 personas. Sin la presencia de las organizaciones humanitarias que estamos en el mar, actuando en ocasiones en reemplazo de las instituciones, las vidas humanas perdidas en el fondo del mar serán aún más.

 

Si salvar vidas es un delito, no hay mejor momento para que te unas a nuestra banda. Hazte criminal. #FreeOpenArms

 

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Fotografías: Victor Cabo

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