Además, Piantedosi ha declarado que los barcos de rescate pueden considerarse un puerto seguro temporal mientras se determina un puerto de desembarco, llegando incluso a plantear la posibilidad de que los barcos humanitarios deberían ocuparse de las solicitudes de asilo de las personas vulnerables a bordo, aunque aparentemente no recordaba cuál era la normativa al respecto, ya que efectivamente no existe.
Lo evidente es que en agosto de 2019 se tomaron decisiones graves y lesivas para la dignidad y los derechos de las personas más vulnerables sin tener en cuenta el marco legislativo pertinente ni las Convenciones internacionales que regulan el rescate en el mar.
Hoy, en esa sala tan simbólica del tribunal de Palermo, nos ha parecido escuchar un llamamiento fuerte y claro a nuestras responsabilidades como ciudadanos para seguir luchando porque nuestras Constituciones democráticas sigan teniendo sentido y nos guíen para que Europa vuelva a ser un baluarte contra las peligrosas tendencias de estos últimos años.